miércoles, 2 de marzo de 2011

En sueños...

A mi parecer, hay dos tipos de sueños, los sueños en los que estamos dormidos y nuestro subconsciente decide por nosotros y los sueños en los que trabaja nuestra consciencia mientras estamos despiertos pensado en lo que desearíamos que ocurriese en algún momento de nuestra agitada vida.
Un trabajo estable, un viaje a algún lugar recóndito, una persona increíble y que nos ame a nuestro lado,  la felicidad, que te toque la lotería, que la familia esté siempre unida, la paz en el mundo, la erradicación del hambre, el terminar la carrera, ver a tu cantante preferido en un concierto…todo esto son sueños que mucha gente al cerrar los ojos desea que ocurran. Algunos hay que dejárselos sin ningún remedio al destino y al azar. Pero hay otros, por los que se puede luchar para que se hagan realidad y dejen de ser simples sueños que nuestro consciente nos muestra.

El otro día, fue la primera vez que te vi tan cerca. Cogí tu mano, suave y firme, aunque temblorosa por los nervios que mis manos le transmitían. Te dije “me gustan tus manos” aunque lo dije sin dejar de mirarlas y con la timidez de una niña que empieza el cole y tiene que conocer a sus nuevos compañeros. Levantaste la mirada sonriendo, soltaste mi mano y subiste mi barbilla para que nuestras miradas se cruzasen, acechándome y aprovechándote de esa cobardía que me invadía. Fuiste valiente tengo que reconocerlo. Te acercaste a mí mientras yo daba pasos hacia atrás sin dejar de clavar mi mirada en tus ojos. Y cuando me topé contra la pared, ya no podía retroceder más y te quedaste a un centímetro de mí. Me susurraste “y a mí me gustas tú” y sin pensártelo me diste un beso en los labios que me dejó paralizada pero que me encantó. En ese momento, me desperté de ese sueño en el que mi subconsciente tenía el poder, me encontré con esa cruel realidad de que no estuvieses a mi lado, pero con la dulce sensación de llevarme ese regalo aunque sólo fuese en sueños.
A pesar de todo, me gusta soñar y quiero seguir haciéndolo, ya que mis sueños suelen ser generosos conmigo y terminan haciéndome sonreir, como ultimamente.

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