miércoles, 29 de diciembre de 2010

...Huellas sin ti...

Podría caminar unida a mi soledad por orillas de playas desiertas, con mis pies abriéndose paso por la arena y mis huellas dando sentido a cada paso que doy, pensando que son nuestros corazones quienes van de mi mano y engañándome a mí misma con ese frágil pensamiento.
Miro al horizonte hundiendo mi mirada para que nadie lea la tristeza que reflejan mis ojos, para  que nadie comprenda cuánto puede sufrir un sentimiento cuando no es correspondido, para que nadie aprecie mi temor de tener que olvidar para siempre lo que significa tener a esa persona especial… tanto, que ni las voces de los más cercanos consiguen que me distraiga de la distancia que me separa de ti y de tu interior.

Transito en silencio por mi mundo de colores tristes imaginando que cada huella que aparece en la arena tras mis pisadas es un impulso de tu corazón que te dice que vuelvas de nuevo a mi lado, ilusionándome al querer  sentirte cerca otra vez,  y derrumbándome al volver la mirada atrás y ver como cada una de esas huellas, es borrada por cada nueva ola que trae el mar, recordándome de nuevo que así se borraron tus sentimientos.

Por eso,  al levantar la mirada, observo el crudo silencio de este momento, y me doy cuenta de que sólo puedo soñarte en un arrebato de magia y esperanza, lejos, muy lejos de esta playa en la que un día te abracé y donde ahora paseo acompañada por mi soledad en un intento certero de no olvidarte.

Y en silencio, grito tu nombre para que siempre quede en mí el recuerdo y la nostalgia de todo lo que hemos vivido. Sólo así, salvaré nuestra historia de un mundo lleno miradas intolerantes que nunca llegarán a comprender lo mucho que todavía te quiero.